
O... cómo me tapó el agua.... ponele.
Situación: Encontrábame (?) anoche en casa empanando milanesas, mirando de reojo la novela.
Hacía unos minutos había ido al baño y había descargado la mochila de mi inodoro normalmente.
(Cabe destacar que cuando me baño y el agua de la ducha empieza a correr, mi inodoro empieza a hacer un "simpático" glup glup glup que nunca me gustó, pero se lo adjudiqué al monstruo de la cloaca).
Mi mente se concentraba únicamente en lo ricas que iban a quedar las milanesas, en lo cansada que estaba, y en cuánto que iba a disfrutar mi cena. Pero la vida muchas veces no es como una quiere.
Momento cúlmine (?) en la novela, me asomo a mi habitación para ver que pasaba, y una vez atravezada la puerta... plafff plafff plafff ... y por más que no quería mirar para abajo, lo hice....
El desastre. Mi habitación lleeeeeeena de agua. LLena. Toda. Corro al baño a ver que pasaba y veo una hermosa fuente de feng shui que emanaba agua fresca y cristalina ininterrumpidamente. Bueno... no. Veo el inodoro desbordando de agua por todos lados!!! Nunca había cortado. Nunca había llenado la mochila. nunca nada.
Como pude hice que corte la carga. Como pude empecé a sacar el agua de la habitación con el secador primero (hacía unas olitas hermosas, debería haberle sacado fotos, pero no podía putear y sacar fotos). Sequé con 3 trapos de piso a la vez. Corrí tooooooodo para el lado seco (sillón, bolsas de consorcio que tenía con ropa para dar, mi caja con lanas, otro tacho con agujas de tejer, la mesita de arrime con el cesto de ropa de lavar, etc.) y empecé a secar del otro lado. Cuando tuve una epifanía. Miré el sillón (de tela, él) y pensé... es la maldición del finado!!! Me lo dió contra su volutad y lo maldijo para que se me inunde y pudra posteriormente!!!
Conclusión: Acomodé (más o menos) me hice DOS milanesas con mucho limón, y me las comí, tratando de olvidar el suceso desafortunado. Hoy llamo al plomero.